Epidemiología de la fiebre amarilla en zonas endémicas de Sudamérica y África

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La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que afecta principalmente a las regiones de África y Sudamérica. En estas áreas, la fiebre amarilla es endémica, lo que significa que se presenta regularmente y en algunos casos, puede causar brotes epidémicos. La epidemiología de la fiebre amarilla en estas regiones es compleja y varía según la zona geográfica y la población afectada. A continuación, se describirán algunos aspectos importantes de la epidemiología de la fiebre amarilla en zonas endémicas de Sudamérica y África.

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Distribución geográfica

La fiebre amarilla es endémica en 47 países de África y 13 países de Sudamérica. En África, la enfermedad se presenta en una franja que abarca desde Senegal hasta Etiopía, y en algunas áreas del centro y sur de África. En Sudamérica, la fiebre amarilla es endémica en algunas áreas de Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.

Ciclo de transmisión

El ciclo de transmisión de la fiebre amarilla en zonas endémicas involucra a los mosquitos y a los primates no humanos que actúan como reservorios del virus. Los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus son los principales vectores en zonas urbanas, mientras que en zonas selváticas el virus es transmitido por mosquitos del género Haemagogus y Sabethes. Los primates no humanos, como los monos, son los huéspedes naturales del virus y pueden actuar como amplificadores de la enfermedad en la población humana.

Factores de riesgo

La exposición a los mosquitos infectados es el principal factor de riesgo para la fiebre amarilla en zonas endémicas. Los mosquitos se reproducen en aguas estancadas, por lo que las poblaciones que no tienen acceso a agua potable o saneamiento básico corren un mayor riesgo de sufrir la enfermedad. Además, las personas que viajan a zonas endémicas sin estar vacunadas tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad.

Características de la población afectada

En zonas endémicas, la fiebre amarilla afecta principalmente a poblaciones rurales y de bajos ingresos que viven en zonas con infraestructura sanitaria limitada. Las personas más afectadas suelen ser los trabajadores rurales, los cazadores, los pescadores y los mineros que trabajan en áreas selváticas o en contacto cercano con los mosquitos y los primates no humanos. Además, los niños y los ancianos tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves de la enfermedad.

Control y prevención:

El control de la fiebre amarilla en zonas endémicas se centra en la prevención de la transmisión por los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus. Para ello, se utilizan diversas estrategias, entre las que se incluyen:

  • Vacunación: La vacunación es la medida más importante para prevenir la fiebre amarilla. En las zonas endémicas, se recomienda que todas las personas mayores de 9 meses se vacunen contra la fiebre amarilla. La vacuna proporciona protección duradera y se considera segura y efectiva.

  • Control de mosquitos: Se llevan a cabo medidas de control de mosquitos para reducir la población de Aedes aegypti y Aedes albopictus. Estas medidas incluyen la eliminación de criaderos de mosquitos, el uso de insecticidas, el uso de mosquiteros y el control biológico.

  • Vigilancia epidemiológica: La vigilancia epidemiológica es fundamental para la detección temprana de brotes de fiebre amarilla. Se monitorea la incidencia de la enfermedad, la distribución geográfica y las características clínicas de los casos.

  • Educación y comunicación: La educación y la comunicación son clave para promover la prevención de la fiebre amarilla en las comunidades. Se debe proporcionar información clara y accesible sobre los riesgos de la enfermedad y las medidas preventivas que se pueden tomar.

  • Control de viajeros: Los viajeros que ingresan a zonas endémicas deben vacunarse contra la fiebre amarilla y tomar medidas para evitar las picaduras de mosquitos.

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Vigilancia epidemiológica en zonas endémicas de fiebre amarilla

La vigilancia epidemiológica es una herramienta crucial para el seguimiento de la incidencia de la fiebre amarilla en zonas endémicas. Los sistemas de vigilancia de la fiebre amarilla incluyen la recolección y el análisis de datos sobre la incidencia de la enfermedad, la identificación temprana de brotes y la monitorización de la propagación de la enfermedad.

En zonas endémicas de fiebre amarilla, es importante tener un sistema de vigilancia bien desarrollado y efectivo. Esto implica contar con profesionales capacitados en la detección temprana de casos, la notificación oportuna de brotes y la recolección precisa de datos epidemiológicos. Además, es necesario que exista una infraestructura adecuada para el almacenamiento y la transmisión de datos, y la realización de pruebas diagnósticas.

La vigilancia epidemiológica también puede ayudar a identificar factores de riesgo y áreas geográficas con mayor incidencia de la enfermedad, lo que permite a los responsables de salud pública tomar medidas preventivas específicas en esas áreas. Además, la información recolectada a través de la vigilancia epidemiológica puede ser utilizada para evaluar la efectividad de las medidas de prevención y control implementadas.

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Epidemiología de la fiebre amarilla en Sudamérica

La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede tener consecuencias graves en la salud humana. En Sudamérica, la fiebre amarilla es endémica en regiones de Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. 

La Reemergencia de la Fiebre Amarilla en Sudamérica

En 2021, se notificaron casos confirmados de fiebre amarilla en cuatro países de la Región: Bolivia, Brasil, Perú y Venezuela. En 2020, Brasil y Perú fueron los países que reportaron casos confirmados en la región de las Américas.

La Situación en Brasil

Brasil experimentó la reemergencia del virus de fiebre amarilla en 2014, extendiéndose más allá de la región amazónica. El área de transmisión se expandió hacia zonas antes consideradas seguras, resultando en dos oleadas de contagio. Durante el periodo estacional 2016-2017, se confirmaron 778 casos humanos, incluyendo 262 defunciones, y durante el periodo 2017-2018, hubo 1.376 casos humanos confirmados, con 483 defunciones. A partir de 2020, Brasil amplió la recomendación de vacunación a todo el país.

El Impacto en Santa Catarina

Entre julio de 2020 y junio de 2021, se notificaron 527 casos sospechosos de fiebre amarilla en humanos en Brasil. De ellos, se confirmaron 9 casos (1,7%), 13 estuvieron en investigación (2,5%) y se descartaron 500 (94,9%). Todos los casos confirmados, incluyendo 3 defunciones, se registraron en el estado de Santa Catarina. Las edades de los pacientes oscilaron entre 18 y 67 años, y 8 de los casos no tenían antecedentes de vacunación o se desconoce su estado de vacunación.

El Caso de Pará

Desde el 1 de julio hasta el 23 de diciembre de 2021, se notificaron 103 casos sospechosos en humanos. En el estado de Pará, se confirmó un caso y 35 aún están bajo investigación. El caso confirmado corresponde a un hombre de 21 años residente en el municipio de Afua, en Pará.

Disminución de los Casos

El número de casos reportados durante el periodo estacional 2020-2021 es notablemente inferior a los periodos anteriores, cuando se registraron más casos que en décadas anteriores. En noviembre de 2020, se identificó un corredor de transmisión en la Región Sur, con brotes en primates no humanos en Paraná y Santa Catarina, con rutas de dispersión hacia Rio Grande do Sul y la posibilidad de afectar a países fronterizos como Argentina y Paraguay.

Actualizaciones y Medidas Preventivas

Tras el aumento de la transmisión de la fiebre amarilla en Santa Catarina en diciembre de 2020, Rio Grande do Sul, estado fronterizo, se vio afectado desde enero de 2021. Se ha actualizado el modelo de corredor ecológico utilizado durante el brote entre 2016 y 2018, definiendo nuevas rutas y municipios prioritarios para actividades de vigilancia e inmunización.

Fuente:  OPS / Reliefweb Int  

¿Cómo se monitorea la propagación de la fiebre amarilla en Sudamérica?

En Sudamérica, se lleva a cabo una vigilancia activa y pasiva de la fiebre amarilla. La vigilancia activa implica la búsqueda sistemática de casos sospechosos de fiebre amarilla en áreas endémicas y la realización de pruebas de diagnóstico para confirmar o descartar la enfermedad. La vigilancia pasiva, por otro lado, se basa en la notificación voluntaria de casos sospechosos por parte de los proveedores de atención médica.

Los datos de vigilancia se recopilan y analizan para evaluar la incidencia de la fiebre amarilla, la distribución geográfica de los casos y la tendencia temporal de la enfermedad. Estos datos también se utilizan para identificar grupos de población en riesgo y diseñar estrategias de prevención y control específicas para esas poblaciones.

Además, en Sudamérica se lleva a cabo la vigilancia entomológica, que implica la identificación de los mosquitos vectores y la evaluación de la densidad de población de los mismos. Esta información es importante para identificar las áreas con mayor riesgo de transmisión y diseñar medidas preventivas específicas, como la eliminación de criaderos de mosquitos y la aplicación de insecticidas.

Lugares donde se recomienda la vacuna fiebre amarilla en sudamérica

Epidemiología de la fiebre amarilla en África

La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede tener consecuencias graves en la salud humana. En África, la fiebre amarilla es endémica en regiones de 34 países, principalmente en áreas forestales y savanas. 

La Fiebre Amarilla en la Región de África: Un Desafío Persistente

 

Desde el 1 de enero de 2021 hasta el 7 de diciembre de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió notificaciones de 13 países de la región sobre 203 casos confirmados y 252 casos probables de fiebre amarilla, incluyendo 40 muertes (con una tasa de letalidad del 9%).

Factores que Favorecen la Propagación

La baja inmunidad de la población, los desplazamientos humanos, la dinámica de transmisión del virus y los factores climáticos y medioambientales han contribuido al aumento de la propagación y amplificación de la fiebre amarilla. Las recientes campañas de vacunación reactiva han fortalecido la inmunidad en los países afectados y han ayudado a reducir el riesgo de propagación en estos territorios. A pesar de ello, los países siguen enfrentando un riesgo elevado

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El Brote de fiebre amarilla en la Región de África

En 2022, se confirmaron casos de fiebre amarilla en 12 países de la Región de África de la OMS. Ocho países (Camerún, Chad, Côte d’Ivoire, Ghana, Nigeria, República Centroafricana, República del Congo y República Democrática del Congo) presentan transmisión continua desde 2021, mientras que en cuatro países (Kenya, Níger, Sierra Leona y Uganda) se están reportando nuevos casos confirmados. Además, Gabón notificó un caso aislado en 2021, sin registrar más casos en 2022.
Desde 2021, se han notificado un total de 203 casos confirmados y 252 casos probables, incluyendo 40 muertes, lo que representa una tasa de letalidad del 9%. En 2021, la letalidad entre los casos confirmados fue del 11%, con 23 muertes, cifra que apenas varió en 2022, con una letalidad del 12% y seis muertes.

Características de los Casos Confirmados

La proporción de hombres y mujeres entre los casos confirmados se mantuvo similar en ambos años (1,3 y 1,6 respectivamente). En 2021, los niños menores de 10 años fueron los más afectados, mientras que en 2022 el grupo de 20 a 30 años presentó mayor incidencia. En general, alrededor del 71% de los casos confirmados correspondieron a personas de 30 años o menos, destacando el impacto en los niños menores de 10 años.

Desafíos en la Cobertura de Vacunación de fiebre amarilla

Según las estimaciones de la OMS/UNICEF sobre la cobertura nacional de vacunación sistemática contra la fiebre amarilla en la Región de África, en 2021 solo se alcanzó un 48%, muy por debajo del umbral del 80% necesario para lograr la inmunidad de la población. Esto indica que la población sigue siendo vulnerable y existe un riesgo continuo de transmisión. A nivel de cada país, los porcentajes de cobertura en 2021 fueron del 54% en Camerún, 41% en República Centroafricana, 45%

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Fuente: Organización mundial de la salud

¿Cómo se monitorea la propagación de la fiebre amarilla en África?

En África, la vigilancia epidemiológica de la fiebre amarilla se realiza a través de un sistema de vigilancia integrada de enfermedades (SIV). Este sistema está compuesto por profesionales de la salud y laboratorios de salud pública que reportan casos sospechosos de fiebre amarilla y otros brotes de enfermedades. Estos datos se recopilan y analizan a nivel nacional y regional para detectar brotes de fiebre amarilla y tomar medidas de prevención y control.

La propagación de la fiebre amarilla se monitorea a través del seguimiento de la incidencia de la enfermedad en la población y la detección de brotes. En África, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus socios trabajan para mejorar la vigilancia epidemiológica de la fiebre amarilla a través de la capacitación de profesionales de la salud, la mejora de la capacidad de los laboratorios de salud pública y la implementación de sistemas de monitoreo.

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Fuente: Organización mundial de la salud

Consideraciones generales 

La fiebre amarilla es una enfermedad viral grave que afecta a diversas regiones del mundo, siendo Sudamérica y África las áreas más afectadas. La epidemiología de la fiebre amarilla varía según la región, pero la transmisión por mosquitos y la exposición a áreas endémicas son factores de riesgo comunes. La prevención de la fiebre amarilla se basa en la vacunación, la eliminación de criaderos de mosquitos y la educación pública sobre la enfermedad y sus medidas preventivas. La vigilancia epidemiológica también es crucial para detectar brotes y controlar la propagación de la enfermedad. En resumen, la prevención, la educación y la conciencia pública son fundamentales para combatir la fiebre amarilla y reducir su impacto en la salud pública.

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